Restauración
de
frescos.
La
restauración
de
los
frescos
suele
empezar
con
la
detección
de
la
huella
dejada
en
el
muro
al
dibujar.
Con
frecuencia
es
necesaria
una
buena
limpieza
de
la
superficie
pictórica
con
agua
destilada
y
detergente
de
pH
neutro.
Después
se
procede
a
la
eliminación
de
eflorescencias
y
salitres
provinentes
del
interior
del
muro.
Si
se
decide
no
arrancar
los
frescos
y
restaurarlos
"in
situ",
lo
que
debemos
hacer
es
consolidar
el
soporte
adhiriendo
los
estucos
superficiales
más
ricos
de
cal
con
los
más
pobres
de
fondo
para
evitar
desprendimientos
de
la
capa
pictórica.
A
continuación
se
reintegra
la
masa
de
material
que
se
haya
podido
perder
para
igualar
la
superficie
y,
finalmente,
con
la
técnica
del
trateion
y
utilizando
goma
arábiga,
reintegramos
de
manera
totalmente
reversible
la
capa
pictórica
confiriendo
al
conjunto
una
visión
entera,
global.
Restauración
de
frescos
por
Carles
Arola
en:
Museo
Romántico
Can
Papiol
en
Vilanova
y
la
Geltrú