Cooperativa
agrícola.
Fachada.
1990
A
través
de
una
decoración
mural,
el
edificio
adquiere
una
unidad
difícil
de
estructurar.
Se
utiliza
deliberadamente
el
típico
azulete
de
fondo
antiguamente
tan
utilizado
en
todas
partes
y
aquí
proporciona
el
contraste
perfecto
con
la
arenisca
roja
de
les
ruinas
románicas.
Las
parras
de
abundosos
racimos,
homenaje
a
los
fértiles
viñedos
del
pasado
facilitan
la
obtención
de
aparentes
simetrías
que
ordenan
los
diferentes
cuerpos
del
edificio. |